miércoles, 12 de noviembre de 2008

"EUSKADITIK VENEZULARAINO"



Este es el título del Proyecto de investigación sobre educación intercultural y ciudadanía en el que estamos enmbarcados bajo la supervisión de ALBOAN centros de Euskadi y Venezuela.


A continuación reproduzco la entrevista hecha a dos representantes de educación de Venezuela para preparar el proyecto.


Citado en Alboan:




Requerimos una escuela que enfrente las necesidades del mundo actual”
El pasado mes de enero tuvimos el placer de conversar con dos integrantes de Fe y Alegría Venezuela, María Bethencourt y Luisa Pernalete, que visitaron las oficinas de ALBOAN. El motivo de esta visita fue la preparación de un proyecto conjunto de investigación sobre educación, ciudadanía e interculturalidad, que se desarrollará a lo largo de los próximos meses y verá la luz el año que viene. Estas fueron algunas de las ricas reflexiones que pudimos compartir con ellas.
¿Cuando hablamos de educar en ciudadanía, a qué nos estamos refiriendo?
María: “Creo que se debe entender la ciudadanía como la posibilidad de ir educando para el bien común. Pero esa educación que vaya creando actitudes y valores para el bien común se debe realizar, no como una acción o un comportamiento individual, sino desde la organización propia de colectivos que proponen proyectos comunes para el bien común.
Debe realizarse como una voluntad colectiva que se agrupa, define objetivos y trabaja por construir una sociedad diferente”.
¿Implica esto la necesidad de construir una escuela más horizontal?
Luisa: “Claro, porque la verticalidad no ayuda mucho a la participación y se supone que la construcción del bien común debe hacerse en común. Pasa también por reconocer al diferente como alguien que es hermano o hermana tuya, en términos cristianos si quieres, pero también en términos de ciudadanía global, puesto que el diferente también tiene derechos. En este sentido, el reconocimiento del otro es también parte de esa ciudadanía. Y si no hay democracia en la escuela esto va a ser muy difícil, porque no se forma conciencia ciudadana. La ciudadanía tiene que ser madura, tiene que saber decidir, y si todo está impuesto no tienes ningún espacio para tomar decisiones”.
Sin embargo, ése no es el concepto que se maneja desde la educación tradicional…
Luisa: “Seguro que no, pero lo que estamos buscando es un mundo que sea realmente democrático. Y como suele decir María, que no sea una democracia solo en el papel, sino que sea una democracia donde los que participen tengan también poder de decisión. Y los niños y las niñas, los y las adolescentes y el profesorado deben tener poder de participación y de decisión para la construcción de una escuela que sea también anticipo de una ciudadanía que queremos trabajar y construir”.
Para ello habrá que superar muchas barreras, ¿no?
María: “Claro, lo que pasa es que hay que romper con lo que hemos llamado la cultura escolar. La escuela nació en la época de la creación y consolidación de los estados nacionales, vinculada a la consolidación de una ciudadanía nacional. Es decir, se empleó para cohesionar grupos y crear homogeneidad. Ahora requerimos una escuela que enfrente las necesidades del mundo actual, donde estamos mucho más interconectados, donde la diversidad, que antes parecía que no se veía, es cotidiana. Considerar la diferencia como un elemento para el enriquecimiento supone la necesidad de una escuela que no eduque en la homogeneidad, sino en la diversidad. Eso supone romper con una cultura y producir otra. Y eso es un proceso largo y que se hace en conflicto. Pero esa misma construcción en conflicto debe de estar muy inspirada en los criterios de ciudadanía que abordamos, buscando la manera de encontrar acuerdos comunes a través de un diálogo que sea constructivo, de un dialogo que sea respetuoso y que posibilite realmente caminar hacia la construcción de ese reconocimiento de la diversidad”.
En este sentido ¿cómo debemos entender la relación entre la escuela y la comunidad?
Luisa: “Nosotras solemos decir que una escuela que esté abierta a la comunidad se renueva constantemente. Uno de los aspectos que ayudan en la construcción de una educación en ciudadanía es poder identificar problemas comunes en la comunidad, independientemente de tus ideas políticas, tu etnia o tu cultura. Cuando identificas problemas comunes a la comunidad y la escuela y ambas se alían para resolverlos, eso es construcción de ciudadanía. Si el problema transciende a la escuela, la solución no se puede quedar dentro de la escuela”.
¿Seremos capaces de poder entendernos y solucionar nuestros problemas de manera conjunta?
María: “No sé si seremos capaces, pero lo importante es que estamos trabajando para serlo. Hay que tener mucha esperanza y fe en la condición humana. Yo creo que estamos hechos para juntarnos, estamos hechos para la alegría, estamos hechos para entendernos. Lo que hay que preguntarse es qué nos impide juntarnos, qué nos impide estar alegres, y frente al reconocimiento de esos impedimentos ver cómo podemos superarlos”.

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